En el Siglo XX las guerras y las revoluciones sociales trajeron cambios definitivos en la industria de la moda.
El cambio más importante quizás haya sido la lucha de la mujer contra las restricciones políticas y sociales, esto indiscutible mente se manifestó en la relación femenina con el vestuario. Es así que en los primeros años del siglo XX desapareció el corsé y volvió la silueta natural de la mujer pudiendo mostrar sus piernas.
En los años 30 la modista francesa Coco Chanel reinvento la forma de vestir de la mujer al agregar a su guardarropa una prenda que hasta el momento había sido exclusivo de los caballeros: los pantalones.
Desde ese momento todo ensayo en el vestir ha sido considerado como moda. En estos últimos tiempos, la estrecha vinculación de la industria de la ropa con la publicidad ha transformado a la moda y la fabricación textil en una de las industrias más importantes del mundo, alcanzando cifras de facturación que no eran imaginadas en un principio.
Los diseñadores intentaron revivir la opulencia de años anteriores, en donde el lujo regía la moda. A pesar de este intento fallido, Europa nuevamente entró en guerra en 1939. El abrumador poder nazi logró. La moda de los años40 fue opaca y se basó en un estilo militar. El traje de dos piezas y la sencillez de los materiales representaron la pobreza del viejo continente, que ocultó la escasez con recursos que desataron toda la creatividad enpeinados, maquillaje y atuendos como guantes, pañuelos y bolsillosfalsos en las chaquetas. |
Vestidos de Novia: Su agitada vida en el siglo XX
La historia del diseño de indumentaria está ligada al desarrollo de las sociedades y el tradicional vestido de novia no es la excepción. Lo cierto es que los acontecimientos del siglo XX son los que más han afectado su estilo: la emancipación de la mujer, la loca década del ’20, las dos guerras mundiales, el hipismo de los años ’60, el glamour de algunos diseñadores y la informalidad y el carácter minimalista, solo por nombrar algunos.
Si pensamos entonces en la historia de este vestido que se usa una sola vez y casi nunca se bota o se regala (a veces se presta, eso sí), entonces ¿qué vida agitada tuvo el siglo pasado? Bien, durante los primeros años del siglo XX todavía le quedaban algunos vestigios del siglo anterior pero comienza a usarse el blanco ya no como símbolo de pureza sino de riqueza. Los años ’20 no se llaman locos por nada, aquí las mujeres comenzamos a dejar ver las piernas y nos escapamos de los polizones y enaguas para elegir las prendas rectas y ligeras y en materia de vestidos de novia se usó mucho el terciopelo blanco y los detalles en armiño y zorro del mismo color.
La década posterior revivió el estilo victoriano de las mangas abullonadas y la década del ’40 con la Segunda Guerra Mundial obligó a líneas más ascéticas donde el traje sastre predominó y lo mismo los tocados y los ramos que se simplificaron con flores de tela. Para el glamour hubo que esperar al final de la guerra y a los años ’50 cuando de la mano de Dior regresó la feminidad con fantasía y mucho lujo. La década siguiente reinaron los vestidos más sencillos en pleno Flower Power, y entonces se vieron tocados con flores naturales, velos cortos y diseños más infantiles.
Finalmente, durante la década del ’70 los vestidos de novia recuperaron su importancia y reinaron los volados en las faldas y mangas y en la cabeza no hubo peinados complicados. El lujo vuelve recién en los ’80 de la mano de Lady Di, por ejemplo, con su vestido al estilo Cenicienta, pero finalmente lo cierto es que que durante los últimos años del siglo XX los casamientos empiezan a decaer o a convertirse en meros formalismos en el Registro Civil, así que el tradicional vestido de novia ve incierto su futuro como nunca antes.
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